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Foto del escritorOscar Pinco

Pletzalej: los pancitos típicos de la gastronomía judía




Los pletzalej son unos pancitos tipo figazas que por arriba llevan cebollitas y semillas de amapola bien típicos de la cocina judía…y me salieron buenos.

Los pletzalej son típicos de la cocina judía askenazi, es decir del centro de Europa, y hay quienes ubican sus orígenes en Bialiystok, en Polonia, pero que en algún momento fue dominada por Lituania, y su receta fue pasando de generación en generación por todas las mesas de la región de origen judío.

En mi familia, mi tía Sarita cuando éramos chicos llamaba a las semillitas de amapola “caquita de mosca”, y me quedó tan arraigado que la sigo llamando así...y cada vez que entró a una dietética tengo que ponerme a pensar '¿como se llaman las semillitas?'


Son riquísimos para hacer unos sanguchitos con pastrom y pepinillos agridulces o en vinagre. A mi el pepino crudo no me gusta nada, pero preparados así son un complemento ideal, y si los untamos con un poco de manteca, o de mostaza dándole el toque neoyorquino de los ‘hot pastrami’, ni te cuento.

También son bárbaros con Wurst, un embutido que es una especie de salame judío que se procesa en base a carne vacuna. Cuando era chico en Buenos Aires había un embutido similar (pero no de origen judío) llamado Cracovia -por la ciudad polaca- y en Alemania comí unas salchichas Krakauer (que acá les decimos ‘polacas’) y que evidentemente tienen el mismo origen de ese fiambre.


Los preceptos religiosos judíos prohíben comer cerdo y sus derivados, y también mezclar cárnicos con lácteos, por eso rellenarlos con jamón y queso para los ortodoxos está doblemente prohibido (y en temas religiosos yo lo acepto y lo respeto, aunque no lo comparto).

Pero realizada esta aclaración, no nos compliquemos: con jamón y queso son bárbaros, y con una rodaja de tomate, ni te cuento…o rellenalos como más te guste, ya que con jamón crudo o salame también quedan muy buenos.

Vamos con el paso a paso:

INGREDIENTES:



-Para la masa:

· 300 cc de agua tibia

· 300 cc de Leche tibia

· 50 grs. de manteca derretida

· 1 sobrecito de levadura en polvo (10 grs)

· 1 Kilo de Harina común 000

· Sal 2 cucharadas

· Una cucharada de Aceite de Oliva

(*1) Yo lo “amasé” en la máquina de pan ATMA, programa 8: Se le puede agregar un poco más de agua o aceite si es necesario (para hacer más elástica la masa).

(*2) Hay quienes le ponen un huevo a la masa, y otro para “pintarlos” y dejarlos más dorados, y le agregan azúcar a la masa para darle un toque más dulzón tipo brioche, pero no es mi caso.


-Para arriba de los pletzalej :

· 3 cebollas cortadas chiquitas (ojo, no procesadas)

· Un chorrito de aceite de oliva

· Sal

· semillas de amapola

Rehogar la cebolla hasta que se empiece a dorar. Espolvorear con las semillitas de amapola y dejar macerar, mezclar y poner por arriba de los pletzalej (aprox. una cucharita de té en cada uno) y espolvorear cada unidad con más semillitas.

Con estas proporciones yo hice 48 pletzalej. La masa la dividí en dos, y mientras pelaba, picaba y rehogaba la cebolla, la misma creció (leudó) aún más.



Entonces con cada bollo, lo estiré un poco en forma rectangular y le hice 4 cortes longitudinales, y a cada uno 6 cortes transversales (fahhh, con lo que me costaba Matemáticas en el Secundario…pero me sirvió para recordar una regla nemotécnica: SOR-CAR-TOA=Seno Opuesto al Radiovector/Coseno Adyacente al Radio/Tangente Opuesto a la Adyacente). Cada uno de las porciones las amasamos en las palmas de la mano y hacemos bollitos, y los colocamos en una fuente apenas aceitada (le pasamos un papel absorbente para distribuirlo bien) , los aplastamos y les damos una forma redondita; y les ponemos las cebollitas con las semillas de amapola arriba. Mientras vamos calentando el horno hasta que esté bien fuerte (200°/250°) y horneamos unos 10/15′ hasta que empiecen a tomar un poco de color, pero evitamos que se nos doren porque si no salen secos y preferimos que se mantengan esponjosos. LISTO!!!

Al estar más esponjosos es más fácil abrirlos a la mitad y los sanguchitos con petzalej son incomparables.



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