Los langostinos son los reyes de los mariscos, y además de sabrosos, son fáciles de preparar, su precio se acercó a un buen corte de carne, y jerarquizan nuestra mesa.
Nuestro plato lo podríamos llamar como en Brasil: Camarão à palito; o Gambas a la Milanesa; o en el refinado francés: Crevettes panées…pero el nuestro lo denominaremos en criollo: ¡Langostinos apanados!
Por Oscar Pinco
Yo los compré directamente pelados y limpios, y en un kilo entran entre 30 y 40 (según su tamaño), lo que nos permite una entrada tibia, abundante, rendidora, y con su toque gourmet.
Luego de descongelarlos los enjuagé correctamente en agua fría y los coloqué en un colador como los de pastas.
De allí húmedos (pero no chorreando) los ubiqué en un plato hondo, y los espolvoreé con un poco de sal fina y apenas un toquecito de pimienta negra, y los revolví bien a mano limpia.
En otro plato hondo (los pongo en fila paso a paso según la preparación) va un plato de harina. Yo pongo de a cuatro «langostinos por estación». Aprovechando la humedad del crustáceo, se enharina vuelta y vuelta.
El siguiente plato hondo va con tres huevos, que los bato bien con un tenedor y sólo le agrego un poco de sal fina. Una vez que el marisco está con la harina, los sumerjo en el amarillo elemento y nuevamente vuelta y vuelta para que se embeba bien.
El próximo plato hondo lo llenamos de pan rallado. Otra vez vuelta y vuelta, pero acá le damos unos golpecitos para que el rebozador quede absolutamente unido al langostino como un elemento uniforme, pero sin pegarle cachetazos como a una milanesa de bola de lomo ya que nuestro marisco es dócil y si no lo tratamos bien, se puede romper.
En el paso siguiente los acomodamos en una fuente, y lo ideal es enviarlos -si tenemos tiempo- a reposar por lo menos 30 minutos en la heladera, lo que nos permitirá que gane en consistencia.
Luego lo freímos en aceite bien caliente. La fritanga es el momento cumbre de esta preparación (hay que usar aceite nuevo y abundante). Lo hacemos por tandas, procurando que el aceite cubra bien la preparación y procurando que no se peguen entre sí. La cocción es rápida (no más de 3 minutos aproximadamente) hasta que queden bien doraditos -no quemados- lo que permitirá un estado crujiente por fuera, y por dentro con esa delicadeza un tanto ‘soft’ propia del langostino.
Al sacarlo del aceite lo dejamos escurrir, y lo ponemos en una fuente con rollo de cocina -por arriba y abajo- para que absorba bien lo que le quedó de aceite y se sirvan bien sequitos. Como es ideal servirlos tibios, a veces los pongo en un hornito eléctrico (en los grados más bajos) para servirlos en la temperatura ideal.
Entonces los pinchamos uno a uno con escarbadientes de madera (si son largos mejor) y lo emplatamos. Yo utilicé una tabla de madera ideal para una picadita.
En una de las puntas coloqué tres pequeños recipientes con salsas. Yo utilicé una ChimiNesa (a la mayonesa le mezclé un poco de chimichurri deshidratado, logrando sabor pero sin que pique, a la vez que la mayonesa le da consistencia); idem con provenzal; Salsa Golf; y Salsa Caesar. Pero también se puede sugerir otros aderezos como Salsa Tártara, mayonesa común, alguna salsita a base de queso, o Salsa de Soja.
Como hubiese dicho doña Petrona: "¡Un puema!"
Ingredientes:
1 kilogramo de Langostinos pelados
3 Huevos
1 taza de Harina (140 gramos)
1 taza de Pan rallado
Aceite
1 puñado de Sal
1 pizca de Pimienta
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