Los recuerdos de mi viaje a Israel me hacen viajar a través de la gastronomía, por eso hoy voy a preparar por primera vez Falafel.
A diferencia de la comida tradicional judía que yo vivencié en mi hogar, de inmigrantes judíos de Europa central (mis cuatro abuelos llegaron a Buenos Aires procedentes de Polonia y Rusia), la comida en Israel tiene costumbres enraizadas en todo Medio Oriente y la comparten con el resto de los países árabes de la región, y eso es el Falafel, que se convirtió en una de las comidas más tradicionales en Israel, y se vende mucho en lugares de comidas al paso.
Se trata de unos buñuelos en base a garbanzos (aunque también se hacen con habas sobre todo en Egipto), son fritos, y generalmente se sirven en pan pita, que acá se conocen como figazas árabes, sin miga, que quedan como un bolsillito y allí colocan los falafel con algunos vegetales y salsas.
También estas riquísimas croquetas se sirven como aperitivo, y los podemos comer con la mano ('finger food') o pincharlo con un tenedor, y acompañarlo con alguna salsa, como Hummus también a base de garbanzos.
Desde el punto de vista nutricional, los garbanzos representan una fuente excelente de proteínas vegetales.
El Falafel ya tiene presencias bíblicas, si bien no hay certezas acerca de su historia, y se transformó en un plato bien típico de Israel, todo Medio Oriente se arroga su invento, aunque algunos dicen que tuvo su origen en India, otros se lo atribuyen a los egipcios, aunque en el territorio de las pirámides se elabora a base de Habas y se llaman Ta’amiyas.
Además, la palabra Falafel proviene del griego ”pha la phell" (original Φα Λα Φελ) que significa “de más frijoles”. Mientras otros dicen que viene de la palabra árabe ‘filfil’(فلفل ) cuya traducción es pimiento (pero no llevan ají morrón, aunque sí pimienta y muchas especies).
Me animé, me fui a comprar los ingredientes, y manos a la obra: a cocinar.
Ingredientes
· Garbanzos
· Perejil
· 4 dientes de ajo
· 2 cebollas moradas
· 2 cucharadas de sal
· 2 cucharadas de pimentón
· Ají molido (una pizca)
· Pimienta (cantidad necesaria)
· Chimichurri deshidratado (una cuchara)
· Aceite de oliva (un chorrito)
· 1/2 taza de agua tibia
· Polvo de hornear (una cucharita)
· Harina 000 (4 cucharadas)
· Aceite mezcla (para freir)
Compré una bolsa de garbanzos secos y los puse a remojar. Se puede usar garbanzos en lata, pero no es lo mismo porque se pierde la textura que buscamos, ya que no los hervimos (los de lata tienen una cocción), los dejamos hidratando varias horas (yo los puse la noche anterior), los colamos, y a la procesadora. Picamos perejil, 4 dientes de ajo, dos cebollas moradas (si no conseguís ponele común), dos cucharadas de sal, dos cucharadas de pimentón, una pizca de ají molido, otro tanto de pimienta, chimichurri, un chorrito de aceite de oliva, media taza de agua tibia, una cucharita de polvo de hornear (porque es un leudante sin sabor y tiene una combinación de bicarbonato de sodio, cremor tártaro y un absorbente de humedad), y 4 cucharadas de harina 000 (si tiene un cero es lo mismo).
Procesás todo hasta lograr una pasta homogénea. Yo tenía miedo que me quede muy pastosa, y se me fue la mano con el agua, por lo que tuve que corregir con un poco más de harina. Lo puse en un bowl, seguí amasando y con una cuchara tomamos parte de esa preparación, la ponemos en la palma de la mano y hacemos bolitas. Yo las fui poniendo en una fuente y las mandé a la heladera para que se asienten, pero se puede obviar este paso.
Luego, ponemos en una sartén el aceite mezcla, calentamos bien, y a freir, 3 a 4 minutos por lado y cuando se empiecen a dorar, afuera, los colocamos en un plato hondo o fuente con papel absorbente (para eliminar el exceso de aceite), y a servir.
Como aperitivo, se ponen salsas para acompañar. Son tradicionales el Hummus (que es una pasta de garbanzos), el Laben (un yogur sin sabor), Tahine (pasta de sésamo con limón y sal). Pero lo podés acompañar con salsas de queso crema con las variedades que se te ocurran. Por ejemplo yo puse una salsita de queso Cheddar, y otra de Crema con ajo y ciboulette.
Me quedaron riquísimos, a punto tal que pensé hacer más, prepararlos con las bolitas más pequeñas (como las que le ponen en Israel a las Pitas, y luego de freirlas, guardar en el frezer y servirlas como aperitivo previo a un asado.
Desde el punto de vista nutricional, los garbanzos representan una fuente excelente de proteínas vegetales.
Además, el plato ya trascendió su lugar de origen, se internacionalizó y su grado de popularidad es tan grande que hasta se celebra el 18 de Junio como el Día Internacional del Falafel.
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